Test del árbol: interpretar la personalidad del niño a través del dibujo
Lola Rovati 7 de noviembre de 2012 | 17:00
El dibujo es el medio a través del cual el niño expresa sus emociones. Si sabemos observarlo, los padres podemos interpretar la personalidad del niño, saber lo que le sucede en un momento dado, y así poder comprenderle y ayudarle.
El test del árbol es una manera simple y poco intrusiva de que los niños (también los jóvenes y adultos) proyecten cómo se ven a ellos mismos y en relación con el mundo exterior. Así que si queréis conocer mejor a vuestros hijos, sólo tenéis que pedirles que realicen el dibujo de un árbol.
La edad del niño
La edad de niño es un factor muy importante a la hora de interpretar el dibujo, ya que para que el test tenga alguna fiabilidad el niño debe haber adquirido ya las habilidades básicas del dibujo, lo cual sucede a los 5 o 6 años.
Hacerlo antes podría dar lugar a interpretaciones erróneas. A lo mejor, a un niño de 3 o 4 años no se le ocurriría dibujar ciertos detalles o las desproporciones pueden tener más que ver con la poca madurez de la percepción de la realidad más que con expresar un aspecto de su personalidad.
¿Qué se necesita para realizar el Test del árbol?
Sólo necesitaréis una hoja en blanco, un lápiz, una goma y si el niño lo prefiere lápices de colores para colorear el dibujo.
Es importante que no se le den al niño sugerencias de ningún tipo. Simplemente invitarlo a realizar el dibujo de un árbol, sólo un árbol, a colorearlo si lo desea, sin ninguna influencia externa.
Cómo interpretar el dibujo del árbol
La interpretación del Test del árbol se basa en tres aspectos principales que debemos observar:
Raíces y suelo
Las raíces, por ser las que alimentan al árbol, están relacionadas con los afectos.
No todos los niños dibujan raíces a los árboles (a los 8 o 9 años dejan de hacerlo), pero esto no significa que no muestre su afectividad a través del dibujo. La forma en la que se planta el tronco en el suelo también puede dar una idea de si ese afianzamiento es sólido o, en función del tamaño del tronco, pueden señalar fragilidad afectiva y necesidad de protección.
Tronco
El tronco es la percepción que tiene el niño de sí mismo y la autoconfianza.
Nos habla de cómo se ve el niño. Un tronco sólido, bien proporcionado con respecto al resto del dibujo, señala un carácter seguro, estable, emocionalmente seguro, con confianza en sí mismo. Por el contrario, un tronco débil, estrecho, irregular, bajo o deforme muestra un carácter débil, influenciable, que afronta con temor un mundo externo que es asumido como hostil.
Un tronco llamativamente grueso señalaría autoritarismo y agresividad, mientras que un niño maltratado o con importantes carencias afectivas suele pintar un tronco con un agujero en medio para simbolizar inconscientemente su vacío emocional.
Copa y ramas
La copa y las ramas junto con sus hojas y frutos si los dibujara, simbolizan el contacto del niño con el mundo exterior.
Pueden interpretarse como los brazos del niño y su forma de comunicarse con el mundo. Si las ramas están orientadas hacia arriba se asocian con optimismo, mientras que si se dirigen hacia abajo con el pesimismo.
Si se dibujan las ramas y las hojas con mucho detalle nos habla de una persona creativa, perfeccionista.
Si la copa es desproporcionadamente grande con respecto al tronco puede indicar cierto narcisismo y vanidad, si es grande está relacionada a la imaginación y a una persona extrovertida, mientras que si la copa es demasiado pequeña está relacionada a una persona introvertida y tímida.
Otras consideraciones para interpretar el dibujo
También hay otros aspectos a tener en cuenta como la posición que ocupa el dibujo en la página y el tamaño del árbol. Si está en el centro ocupando gran parte de la hoja, con un tronco ancho y una gran copa nos habla de un niño con una fuerte personalidad, mientras que si está en una esquina de la hoja y es pequeño en proporción al tamaño de la hoja, nos habla de un niño retraído.
La forma del trazo también es un indicador importante. Los trazos continuos de formas redondeadas demuestran un estado afectivo sereno, mientras que los trazos interrumpidos de formas quebradas y puntiagudas demuestran tensión, impulsividad y desconfianza hacia los demás.
A su vez, hay posibles indicadores traumáticos en el dibujo del árbol, como por ejemplo, si el árbol no tiene ramas ni hojas, ramas cortadas en alguna parte de su tronco, nudos o deformidades, torsiones o quiebres de las líneas naturales del árbol.
Una aclaración
Si bien es una herramienta muy utilizada en psicología, el análisis del test del árbol debe complementarse con otras pruebas y valorarlas en conjunto. No se pretende a partir de esto conseguir un identikit completo de la personalidad del niño. Incluso puede hacer ahora el dibujo de un árbol y dentro de unos meses el de uno totalmente diferente. También depende del momento particular que esté atravesando.
Es curioso que los padres contemos con herramientas para interpretar los dibujos de nuestros hijo pero a nivel informativo, a modo de guía, y para detectar posibles problemas. En cualquier caso, si notamos algo llamativo será un profesional quien deba evaluar al pequeño.
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